Título: El señor conejo y su fábrica de chocolate
Autor: Elys Dolan
Nº páginas: 32
Editorial: B de Blok
Vendido en : Boolino
¡Bienvenidos a la fábrica de chocolate del señor Conejo! Aquí trabajan muchas gallinas que comen enormes cantidades de chocolate para así poner huevos de chocolate. (Ahora ya sabes cómo se hacen.) También hay un unicornio que se encarga del control de calidad. Todo funciona muy bien. Hasta que el señor Conejo decide que es hora de incrementar la producción y con un perfectamente elaborado plan de empresa comienza a llevar a cabo sus mejoras.
¡Atención, empresarios del mundo, a una interesante lección de gerencia!
Este cuento ilustrado me ha encantado por varias razones. Una es que tiene muchas enseñanzas que pueden venir bien a los libros, otra es que los dibujos son muy bonitos y a todo color, lo que llama mucho la atención a los peques (y no tan peques), otra es que los adultos también aprenderíamos mucho leyéndolo, sobre todo algunos.
En este libro vamos a ver cómo funciona la fábrica de chocolate del señor Conejo. El señor Conejo vende huevos de chocolate, y para ello tiene gallinas que se pasan el día comiendo chocolate para poner esos huevos. Esta parte me ha gustado mucho porque los niños pueden aprender cómo funciona una fábrica con su producción en cadena, cómo hay trabajo en equipo y lo importante que es que cada parte del trabajo salga bien para no estropear las otras.
En cierto punto del libro ocurrirá algo que hará que la fabrica empiece a ir mal, el señor Conejo empezará a exigir demasiado a sus empleados y al final estos acabarán en huelga porque no pueden más. Con esto los niños aprenderán que en el trabajo hay que medir, es necesario descansar y que el trabajo no sea algo que nos atormente y nos presione demasiado. Irán aprendiendo que hay gente que por dinero será capaz de poner en peligro hasta la salud de sus empleados. Quizá suene duro pero son cosas que los más peques deben ir viendo aunque sea con cuentos y desde el punto de vista de su inocencia.
Al llegar el final aprenderán que las cosas se pueden solucionar hablando, que la gente puede cambiar y que el trabajo repartido siempre sale mejor, el peso y las cargas entre dos siempre se soportan mejor. Es una gran moraleja que enseñar a los niños para que vean la importancia de compartir y repartir. Para que aprendan el trabajo en equipo y que cada cual tiene su tarea y todas son igual de importantes e imprescindibles.
Pero al leerlo me he dado cuenta de que este cuento vendría también muy bien a mucha gente adulta, sobre todo a aquellos jefes que no son capaces de empatizar y ponerse del lado de sus empleados, cargándolos de trabajo y restándole horas de estar con su familia o amigos. Quizá así aprenderían mucho y cambiarían su forma de ver.
Es un cuento de verdad que recomiendo, no solo a los pequeños, es precioso y con una enseñanza realmente bonita.
Parece un libro muy entretenido Cris ;)
ResponderEliminarUy uy uy! Tiene muchos puntos de los que se pueden aprender un montón de cosas en el cole, eh? APUNTADITO jajaj!! Saludos guapa!
ResponderEliminarSe ve simpático, además de curioso. Me hubiera gustado ver alguna de esas ilustraciones.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pues apuntadito para regalo y así poder leerlo también con los más peques.
ResponderEliminarBesotes!!!