LA MAGIA DE SER SOFÍA

TÍtulo: La magia de ser Sofía

Autora: Elisabet Benavent

Nº páginas: 528

Editorial: Suma de Letras

Sofía tiene tres amores: su gata Holly, los libros y El café de Alejandría.
Sofía trabaja allí como camarera y es feliz.
Sofía no tiene pareja y tampoco la busca, aunque desearía encontrar la magia.
Sofía experimenta un chispazo cuando él cruza por primera vez la puerta.
Él aparece por casualidad guiado por el aroma de las partículas de café...
...o tal vez por el destino.
Él se llama Héctor y está a punto de descubrir dónde reside la magia.

Siempre que me enfrento a una reseña de Elisabet me resulta muy difícil porque llega a despertar tanto en mí que nunca se cómo transmitiroslo. Empezaré diciendo que tenía algo de miedo, como sabéis no leo demasiada novela romántica porque no me terminan de convencer pero con ella es diferente, tenía miedo de que en algún momento alguna de sus novelas me parezca ya repetitiva, más de lo mismo y me canse. Pero puedo deciros que Elisabet consigue hacer magia y crear algo tan nuevo y diferente que me ha vuelto a enamorar otra vez de sus letras. Creo que por eso el título de este libro, porque es mágico.

Pero quizá solamente deciros que es mágico no es suficiente así que voy a intentar expresar todo aquello que he sentido leyendo el libro. Por primera vez he querido saborearlo, porque siempre que tengo uno de sus libros entre manos empiezo a leer y no soy capaz de parar hasta que lo he terminado, no digo que así no lo disfrute porque lo hago, pero esta vez quería que me durase un poco más, quería sentir la necesidad de volver a sus páginas y zambullirme en la historia. Y claro encima el libro se presta a ello porque la autora ha madurado tanto su manera de escribir que esta vez es puro sentimiento, cada una de las frases que ha escrito nos mece para irnos transmitiendo una mezcla de sentimientos que va desde la felicidad a la tristeza más honda, pasando por calma, amor, amistad, ilusión, magia, etc. Esta vez la historia es más lenta y pausada, no sabría explicarlo exactamente porque para ello hay que leerlo y sentirlo, pero me ha encantado que entre Héctor y Sofía la cosa hay ido de esta manera, que todo se haya ido cociendo a fuego lento entre sonrisas, confesiones, cafés y tartas, y una complicidad que ha sido tan bonita que traspasaba las páginas y envuelve al lector.

No solo la manera de narrar ha cambiado, también lo han hecho nuestros personajes principales. Héctor es distinto de los anteriores, y para mí sin duda el mejor, me ha encantado que en esta ocasión no nos encontremos ante un chico que hace girar a todas las mujeres a su paso, y tampoco tiene dinero a rebosar, y eso es algo que ya echaba en falta en las novelas de la autora, necesitaba un chico más terrenal, como más accesible. Héctor enamora desde el momento primero, y encima podemos disfrutar de su narración en primera persona, cosa que necesitaremos para entender ciertos comportamientos que nos sorprenderán un poco. Sofía por su parte es la chica 10 de todas las que ha escrito la autora, porque en esta ocasión todo lo que hacía me parecía bien. En otros de sus libros, las protagonistas hacían cosas que eran para tirarles algo a la cara para espabilar, eran en ocasiones un poco inmaduras o egoístas. Con Sofía eso no pasa, realmente es magia, es una persona que se gana el corazón de todo aquel que la conoce. Y como siempre, la autora hace personajes tan bien definidos que se vuelven reales y parece que toman vida delante de ti y representan cada escena de las páginas.

La ambientación del café de Alejandría ha sido una maravilla, tanto que se me antojaba una de sus tartas o de sus cafés a cada momento. No se si será real o no el café (imagino que si lo es tendrá otro nombre) pero ojalá si para poder visitarlo alguna vez. Me ha encantado la conexión de los camareros con los clientes. Creo que solo una autora tan buena en lo que hace como Elisabet es capaz de crear una historia tan intensa en un café y en dos habitaciones con tan poca distancia entre ellas y entre el café.  Un entorno reducido pero que guarda millones de sensaciones dentro. Y los personajes secundarios también tienen algo de diferente, esta vez el grupo de amigos es más variopinto y me ha encantado porque se aleja un poco de lo que estamos acostumbrados. Oliver me ha hecho querer darle un tortazo por tonto unas veces, y otras querer abrazarlo para consolarlo. Y no olvidemos de las veces que ha mencionado a los personajes de otras novelas suyas, esos momentos en los que me he vuelto más fan que las hermanas de Sofía con los Gemeliers, me ha salido un gritito y una cara de alegría profunda. Ha sido especial porque lo he sentido como una manera de conectar sus historias y hacer más real el mundo que crea.

Cada vez que cojo un libro de Elisabet siento que es un refugio, soy capaz de meterme de lleno en la historia y olvidar que existe algo fuera, y eso me pasa con pocos libros. Es una manera de disfrutar 100% de la historia y tengo que darle las gracias por conseguir eso con todas sus novelas. La historia la he hecho muy mía porque en esta ocasión me identifiqué con Héctor, mucho. Es la primera vez que me identifico con el personaje masculino, pero es que he sentido muchas cosas de las que sentía él y eso ha llegado a mi corazón directo como una lanza. No por ello quiere decir que no empatizara con Sofía, porque sería difícil no hacerlo. Es otro de los dones de la autora, conseguir que cada persona haga suya la historia, identificándose con alguno de los personajes. Sin duda con esto Elisabet se ha superado y se reafirma como una de mis autoras favoritas.