EL LABERINTO DE PETER PAN

Título: El laberinto de Peter Pan

 Autor: Antonio Navarro Barriga

Nª páginas: 242

Editorial: Esdrújula

Guillermo y Pablo tienen siete años y están muy unidos. Pablo transita por un mundo que no le ofrece seguridad y es víctima de la tormentosa relación entre sus padres que, inmersos en su conflicto íntimo, han olvidado cubrir las necesidades afectivas de su hijo. Guillermo, en cambio, vive en un hogar cuya entrañable armonía se desmorona tras quedar los padres en paro y, finalmente, ser víctimas de un desahucio.

Las tribulaciones de los adultos y la información sobre lo que ocurre, que solo les llega de forma fragmentaria e incomprensible, obliga a los niños a rellenar los huecos mediante la fantasía. En ocasiones, lo que imaginan es mucho peor que la realidad, pero se aferran a ello como única manera de interpretar el mundo que los rodea.

Lo malo de ser niño o niña no es tener menos estatura, ni tener que comer lo que los mayores deciden, ni fingir no enterarse de lo que hablan quienes tienen más edad. Lo malo es no poder decir lo que se piensa por desconocer las palabras para expresarse con propiedad.

El laberinto de Peter Pan es una novela conmovedora sobre la indefensión de la infancia ante un mundo adulto brutalmente golpeado por la crisis económica que azota a nuestro país.

 Cuando empecé este libro lo hice con miedo, pensaba que me iba a encontrar algo denso y muy pesado como había leído en algunas reseñas. Pero con lo que me topé fue con un libro que me ha encogido el corazón y me ha hecho sentir mucho. He llorado, he querido gritar a unos cuantos personajes, he sentido furia y rabia. Y que un libro te haga sentir eso ya merece un lugar especial en tu corazón.

Esta historia nos narra la vida de dos niños de corta edad, Guillermo y Pablo, con unas situaciones familiares muy diferentes pero acabarán sufriendo por igual. Me ha parecido fantástica la manera que ha tenido el autor de meterse en la piel de estos niños y transmitirnos todo aquello que se pasa por sus cabecitas. Y no solo eso, ha sido capaz de hacerme pensar y mucho, de plantearme tantas cosas y de tener mucho miedo. La evolución que tienen los niños asusta, pero lo que más asusta es ver la evolución que tienen ambos, una evolución que no merecían y mucho menos buscaron. Algo que les llega de rebote por culpa de los adultos.

Con este libro se aprende que no siempre los adultos tenemos la razón en todo, y que por mucho que ocultemos cosas a los niños, estos no son tontos y además de pode enterarse por ellos mismos puede pasar algo peor, que empiecen a montarse películas y vean la realidad aún peor de lo que es. Además se aprende que por ser padres no se tiene siempre la razón y que debemos escuchar a los niños porque las carencias que tienen en la mayoría de los casos no son materiales. No por llenar al niño de regalos lo estamos cuidando mejor. 

Una historia muy triste en la que además vemos cómo afecta la crisis a unos padres que siempre han buscado lo mejor para su hijo y ven que se les escapa de las manos sin poder hacer nada. Y no solo eso, somos capaces de ver a través de las palabras del autor cómo afecta eso a un niño tan pequeño. En el otro lado tenemos a un niño que materialmente lo tiene todo y sus padres no andan escasos de dinero, pero lo que le falta es atención y cariño por todos lados. Un retrato de lo cruel que puede ser la vida con seres tan indefensos como los niños.

De verdad que recomiendo este libro a todo aquel que tenga hijos, que tenga en mente tenerlos, que sean profesores, o simplemente a los que les guste leer sobre la realidad y adornado con una prosa como la del autor. A pesar de lo duro he disfrutado porque los libros a veces están para devolvernos de golpe a la realidad y hacernos ver que no siempre los finales son felices.