Miguel y Helena se conocen en una residencia de ancianos en Tarifa, a una edad en la que creen haberlo vivido todo ya. A Miguel le asusta volar. A Helena le da pánico el mar. Los dos tienen hijos adultos y sienten que les han relegado a un plano casi ornamental. El dramático suicidio de un compañero de la residencia les abre los ojos. No quieren pasar sus últimos días recordando y añorando tiempos supuestamente mejores. Y juntos decidirán emprender el viaje de sus vidas, en el que descubrirán que nada es definitivo mientras queden ilusiones que perseguir.
Mientras tanto, en la lejana ciudad sueca de Mälmo, la joven Yasmina, hija de inmigrantes marroquíes y que sueña con ser cantante, vive atrapada entre el cuidado de su autoritario abuelo Abdul y el desprecio de su madre, para quien Yasmina es una vergüenza porque trabaja para un sueco de pasado turbio. Y vive un romance secreto con el subcomisario de la Policía sueca, un hombre mayor e importante.
Estos tres personajes dibujan una historia sobre el sentido del amor y sobre lo extraordinarias que pueden llegar a ser las personas comunes.
Pasado, presente y futuro se entremezclan en este viaje desde Tánger en 1955 hasta Mälmo en 2014, metáfora de un viaje mucho más importante: el de vivir siempre intensamente.
Mientras tanto, en la lejana ciudad sueca de Mälmo, la joven Yasmina, hija de inmigrantes marroquíes y que sueña con ser cantante, vive atrapada entre el cuidado de su autoritario abuelo Abdul y el desprecio de su madre, para quien Yasmina es una vergüenza porque trabaja para un sueco de pasado turbio. Y vive un romance secreto con el subcomisario de la Policía sueca, un hombre mayor e importante.
Estos tres personajes dibujan una historia sobre el sentido del amor y sobre lo extraordinarias que pueden llegar a ser las personas comunes.
Pasado, presente y futuro se entremezclan en este viaje desde Tánger en 1955 hasta Mälmo en 2014, metáfora de un viaje mucho más importante: el de vivir siempre intensamente.
Tengo que confesar, era mi primera vez con el autor, ma habían hablado maravillas de él pero aún no me había adentrado en su prosa. Nada más empezar me preguntaban que qué me parecía, y para ser sincera, decía que estaba bien pero no encontraba eso que lo hacía tan especial. He tenido que dejar asentar un par de días el libro en mi cabeza para entender lo especial del autor y sumarme a sus fans.
La historia según se va presentando al principio puede parecer no tener nada de especial, nos va narrando la vida de algunos personajes, sin que parezca que tienen mucha relación. Hasta ahí todo bastante normal, si que la forma de narrar es preciosa, muy metafórica y lírica, pero bueno al fin y al cabo muchos autores lo son. Lo bonito de esta historia comienza cuando vamos viendo cómo todo se va tejiendo y unos hilos se conectan con otros y sobre todo la manera de crear los personajes. Me encanta que no cree malos ni buenos, son personas normales y corrientes con una vida llena de aciertos y fallos. Sobre todo fallos, todos esos fallos que les llevarán a querer reconducir su vida en determinado momento.
Una de las cosas que más me ha gustado es cómo representaba las escenas de la residencia, me ha hecho sentir la vitalidad que puede tener una persona mayor a la que se le condena a pasar sus últimos días en una prisión sin más que hacer que prácticamente ver la vida pasar. Cuando ponía voz a esas personas sentía la juventud que les quedaba dentro, su añoranza por hacer cosas, sus quejas reprimidas ante quienes no quieren escuchar a los más mayores. Y eso lo trasladó tan bien a las palabras que a veces parecían conversaciones de adolescentes en el instituto. Ojalá esto haga reflexionar a todos aquellos que tienen familiares en residencias y abandonan a su destino (y sé que hay muchos porque mi profesión me lo hace saber).
También he adorado los giros tan bruscos en la historia. Al ser una novela sobre la vida mezclando presente y futuro podemos pensar que los cambios que haya serán pequeños y apenas apreciables, pero nada más lejos de la realidad. En esta historia nos encontraremos cómo la vida puede cambiar en un solo segundo incluso cuando pensabas que ya no podría ir a peor. Además me gusta mucho la parte de crítica social a determinados temas como el maltrato doméstico. Muy bien retratado y con partes muy angustiosas en algunos pasajes.
Una novela que te hace reflexionar mucho, que nos enseña sobre las relaciones de las personas y todos los sentimientos que ello provoca, sentimientos que siguen ahí con el paso de los años y que a veces intentamos enterrar. Una novela que nos hará reír pero la mayor parte sonreiremos con amargura, incluso llegaremos a derramar algunas lágrimas. Y desde luego una novela que se quedará en un rincón del corazón al que acudir en algunas ocasiones. Creo que me uno al club de fans de Víctor.
Estoy deseando leerla y seguramente comience esta semana. Los libros de Víctor suelen ser durísimos. No sé si en esta ocasión habrá cambiado el rumbo por lo que mencionas de la risa.
ResponderEliminarBesos
Puede estar muy bien por lo que cuentas, gracias por la reseña, me lo llevo apuntado.
ResponderEliminarUn beso
Si ya le tenía ganas a este libro, ahora mucho más.
ResponderEliminarBesotes!!!
Nunca había oído hablar de este libro, pero parece muy bueno. ¡Lo apunto a mi lista de libros por leer!
ResponderEliminarUn abrazo <3
No puedo perderme esta nueva novela de Víctor del Árbol, yo soy un fiel seguidor y tuve el placer de conocerlo en Barcelona Negra. Me alegro de que te haya gustado. Besos
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